Artesanía y gastronomía de Chile
La artesanía y gastronomía de un país son rasgos culturales que pueden decir mucho o poco de su idiosincrasia. En el caso de Chile, su artesanía se puede considerar muy poco apreciada, y la cocina, una palabra la define, sencilla. Un viaje a Chile te permitirá conocerlas y comprobar si es así.
Artesanía de Chile
Funcional, utilitaria, y poco apreciada, así podríamos hacer una presentación de la artesanía chilena. Si el país está dividido en tres grandes regiones como son el norte, centro y sur, la artesanía está condicionada por esa división regional.
En el norte se fabrican tejidos de lana y de alpaca cuya función es la de proteger del frío de las altiplanicies; y también máscaras de colores para las fiestas religiosas. En las zonas mineras de cobre y salitre se realizan vasijas de barro pintado y cuchillos de empuñadura tallada que son fiel reflejo de la aridez del clima y la dureza del relieve.
En el centro del país se multiplican los objetos y la decoración de los mismos, y es que se fabrican desde mantas, grandes pañuelos de distintas y animadas tonalidades, sillas de montar, espuelas y cascabeles, objetos de paja y junco trenzados, y toda la cerámica de arcilla de Pomaire.
Antes de llegar a la región sur, la isla de Chiloé se distingue por sus recuerdos españoles, ya que fue la última que se rebelaría contra España. Destacan especialmente su imaginería religiosa de madera, sus tejidos, y objetos tallados en caparazones de tortuga.
En las zonas más meridionales de Chile, los últimos indios de la Tierra del Fuego trabajan objetos diminutos de madera y fibra, además de frágiles reproducciones de sus botes de cuero.
La gastronomia de Chile
La cocina chilena recoge sobriedad y ostentación. Una sobriedad en la tradición de un pueblo de campesinos, burgueses inmigrados poco inclinados a los lujos de la mesa, y a la ostentación para recibir a los huéspedes.
Los platos típicos de Chile conservan la esencia y el carácter rústico de antaño, siendo sencillos, poco complicados, y sobre todo muy nutritivos, como buena muestra son la cazuela de ave que es pollo con patatas enteras, arroz, maíz, cebollas y pimienta; papas rellenas que son patatas al horno vaciadas y que se rellenan de carne y cebolla; o las empanadas de horno, un plato muy popular que consiste en pasteles de carne con uvas, aceitunas y cebollas envueltas en pasta caliente.
Entre los productos que el mar ofrece destaca en la gastronomía chilena el caldillo de congrio, que se elabora con cebollas y patatas; y el paila conchi, que es una sopa de pescado muy picante. Además de la amplia gama de pescados que se pueden hacer hervidos o a la molinera, como los cangrejos, congrios, sepias, almejas, mejillones, platijas, lenguados, y toda clase de mariscos.
Se dice que lo que hace grande a la gastronomía de Chile son los excelentes vinos que acompañan a algunos de sus platos, y es que estas comidas se enaltecen con los excelentes productos de los viñedos del país. Desde las variedades de vino de origen bordelés, hasta los blancos secos, muy similares a los vinos del valle del Rhin en Alemania, pasando por un espumoso parecido al champán.
Una bebida típica chilena es el pisco, que no es más que un aguardiente que constituye el aperitivo obligado, y que se elabora con huevo batido y zumo de limón.